El Herbalife Gran Canaria vio pasar por delante una oportunidad única de ganar en el Palacio. No la cogió al vuelo y se le escapó, y eso que anotó (en juego), reboteó y asistió más que el Madrid, también recuperó más balones y perdió menos; pero el líder resolvió desde la personal. Lo hizo con un pobre 66%, 19 de 29, bosquejo de un duelo extraño, con el líder en serios apuros (81-80) mientras Llull va a la caza de la forma perdida tras el reciente parón por lesión, con Rudy (15 puntos, acertado en el triple) en una senda parecida, y con Laprovittola y Carroll todavía de baja. Una victoria de la que se puede acordar al final de Liga en un partido que no mencionará nadie en solo unas horas.
Causeur fue el mejor por su puntería de tres y porque generó algo de juego y Tavares tuvo poca influencia (-9 con él en pista) pese a ser llamado de urgencia para cruzar la meta a salvo. El cinco del Granca, Matt Costello, apostó por los triples para librarse de Edy: 4 de 12, entre esos ocho fallados, el que hubiera forzado la prórroga.
Como había ocurrido en el Palau Blaugrana horas antes, la primera parte nos dejó un pulso reñido. Los dos grandes iban a decidir su triunfo en la segunda. Y lo harían cada uno a su manera, totalmente opuesta. El Barça aplastó al UCAM con un +28 en la reanudación y el Madrid sufrió de lo lindo, acorde con su actual estado de forma marcado en parte por las bajas y el desgaste (cedió en los segundos 20 minutos por 5 tantos: 40-45). Quizá por eso los de Jasikevicius han completado el mes de enero con un intimidador balance de 10-0 y los de Laso con un correcto 7-3.
Lo mejor del inicio en los locales, la energía de Tyus, que por fin permitía a Tavares darse un respiro (6 puntos y 5 rebotes acumulaba en 11 minutos el ex del Maccabi). Buena actividad atrás y en el rebote, y cierta capacidad resolutiva en ataque. No es su fuerte, aunque ha desarrollado unos buenos recursos de veterano cerca del aro. Alocén volvió a ser titular sin la inspiración de la Euroliga. Paso a paso, que son 20 años recién cumplidos. En el Granca, el ánimo de AJ Slaughter, Okoye y Costello era el que reflejaba su equipo. Y no era malo.
En el tercer periodo el Madrid amagó con romper desde el triple (4 de 5, tres de Causeur). No lo hizo, arrastraba la misma rémora toda la tarde, la que indicaba un calmado Laso a sus jugadores en cada tiempo muerto: falta de movilidad. Así que llegó al último acto (63-57) con el desenlace por escribir. Un triple y una canasta de Rudy dieron otro empujón: 70-59, minuto 33. ¿El definitivo? No. Burjanadze, Shurna y Costello llevaron el pulso a donde suelen hacerlo los rivales de los blancos en los últimos tiempos, a forzar contra su voluntad (la del enemigo, claro) la presencia de Tavares en pista. Hay veces, eso sí, que ni siquiera puede sentarse.
En esta ocasión salió del banquillo a falta de 3:40 y lo primero que hizo, con 72-70, fue palmear una canasta. Luego sacó una falta en el rebote y embocó un tiro libre. No fue el impulso decisivo, pero echó una mano. Su par, Costello, tuvo el triple para forzar la prórroga. Lo marró y Albicy la metió de dos cuando no tocaba. Por un camino de piedras también se avanza y el líder lo hizo este domingo. Cansado, sobre todo mentalmente. Este martes repite en Liga. Le espera el UCAM para ponerse al día.
