Facundo Campazzo de vacaciones .

 




Facundo Campazzo está atravesando sus primeras vacaciones en Argentina después de un período de dos años de locura para su carrera deportiva: se consagró campeón panamericano y subcampeón mundial con la Selección, llegó a la NBA donde terminó jugando como titular en Playoffs al lado del MVP Nikola Jokic y participó de sus terceros Juegos Olímpicos


Por :A.Aboy 



El cordobés está en su mejor momento y fue convocado por el popular ciclo de entrevistas en Youtube "Caja Negra" del canal Filo News para una larga charla en la que tocó distintos temas como el inicio de su carrera, su paso por la Selección, la relación con leyendas como Manu Ginóbili y Luis Scola, su llegada a la NBA, sus sueños (uno de ellos es ser campeón de la NBA) y algunas cuestiones más personales.



"A veces pensaba que no se iba a dar. De hecho cuando firme el contrato con el Real Madrid por cinco años dije ya está, este es el contrato de mi vida, estoy en el mejor club a nivel FIBA del mundo y ya está. Pero meses después pensé 'yo no me puedo retirar y pensar que no lo intenté', y después de haber firmado empecé a hablarlo, vamos a intentarlo, ya está. Es un sueño reciente, antes era una fantasía quizá", contó Campazzo sobre como fue cocinando su intento de llegar a la NBA, algo con que no pensaba cuando era chico: "soñaba con jugar en la liga argentina".


Ese chico cordobés nacido en marzo de 1991 que disfrutaba de los mejores jugadores del mundo ("cuando vivía en casa con mi mamá tenía en mi pared fotos de jugadores NBA random, lindas fotos, y después en la puerta tenía de Julius Erving y en un placard tenía cosas de Manu (Ginóbili). Y lo abrías y tenía de Steve Nash, Jason Kidd, Vince Carter, mis jugadores favoritos") ahora tiene un lugar entre ellos y en un mes estará comenzando allí su segunda pretemporada con Denver Nuggets, pero cuenta que todavía le cuesta darse cuenta de su lugar: "Es como que no caes, no tomás dimensión muchas veces de donde estás. En cierto punto pensás que es normal. Quizás me cayó la ficha en el primer día con la camiseta de entrenamiento, pero después pasan los días y lo tomás con más normalidad, lo naturalizás un poco (...) Hoy por hoy no tomo dimensión de donde estoy. Es un poco la inconsciencia, queriéndola la hago un poco a propósito de no pensar donde estoy para que no sea una desconcentración y vivir el presente"


Campazzo también dice que tampoco le cayó la ficha de que la cancha de Municipal, el club de barrio donde comenzó a jugar con sus amigos, lleve su nombre, y que sintió "miedo y vergüenza, que iba a hacer ahí" la primera vez que lo convocaron a la Selección Argentina para compartir equipo con Manu Ginóbili, Luis Scola y demás leyendas del deporte argentino, a quienes lleno de elogios.


"Manu cambió el deporte argentino, no solamente por su forma de jugar sino por su cabeza, su manera de pensar. Poder haber compartido con él, disfrutarlo, es un privilegio, un orgullo para mí, me enseñaba todo el tiempo, no hacía falta ni que me hable, intenté siempre ser una esponja al lado de él", relató sobre el bahiense, mientras que sobre Scola, con quien compartió más tiempo, agregó: "es único, no va a haber nadie como él. Para mi va a haber un antes y un después de su retiro de la Selección. Me pasa lo mismo que me pasaba con Manu, que te enseña cosas constantemente, y encima te dice, no hace falta que te hable pero cuando te habla te lo dice de frente, como tiene que ser, al hueso, y siempre te empuja a ser mejor. También como Manu, lo que representa no solamente a la hora de jugar. Si vos ves cualquier entrevista de él siempre sacas algo tremendo, te deja volando la cabeza. Intentaba ser un estudiante al lado de él. Se retiró de la Selección y quería ir al gimnasio al otro día. Realmente es algo que admiro"


De la Selección, Campazzo marcó al partido contra Brasil en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 como su partido consagratorio, pero no se olvidará nunca del tapón que le puso a Kobe Bryant en un amistoso entre Argentina y Estados Unidos en 2012: "Si alguien del futuro me hubiese dicho que le iba a poner un tapón a Kobe Bryant le hubiera dicho 'salí de acá, no te creo nada'". También manifestó que la clave del éxito en el Mundial de 2019 fue "que en ningún momento nos comparamos con la Generación Dorada" pero admite que en la final "cayeron en la realidad" ante España: "un equipazo también que sabe como jugarnos y que tiene experiencia en ese tipo de partidos. Nos costó abstraernos un poco de lo que pasaba porque nadie se esperaba que estemos jugando la final del mundo y un poco pesó en todos".


De Tokio 2020, donde Argentina no terminó con el resultado y el nivel esperado, el jugador de los Nuggets pone el punto en tres cosas: que la preparación no fue tan larga como la previa a China y que "pecamos de comparar al equipo con China, quizá inconscientemente o no te relajás un poco". También en un mejor de nivel de rivales, como Luka Doncic o Patty Mills.


"Individualmente somos mejores jugadores después de dos años, nos faltó ensamblarnos como equipo y eso te lo da la preparación, si bien tuvimos días para entrenar es como que nunca terminamos de decir 'entrenamos bien' y eso nos pasaba en China. No nos sentíamos cómodos con nuestro juego, nosotros siempre buscábamos los puntos en los primeros puntos, éramos buenos con eso, y nos obsesionamos con eso y empezamos a jugar a una dinámica difícil de sostener. A más velocidad, menos efectividad. Y lo que estábamos haciendo de anular las comparaciones de la Generación Dorada lo empezamos a hacer con lo que pasó en China. Y lo de China ya está, ya pasó, hay jugadores diferentes, hay recambio", añadió Campazzo sobre ese tema.


Facundo dice que su desventaja física para este deporte, midiendo menos de 1,80 metro, no lo acompleja por una cuestión de costumbre formada desde cuando era pequeño: "El mundo del básquet es un mundo de altos y que haya uno bajito llama un poco la atención. Siempre escuchaba esas cosas pero nunca me afectaron. Quizá porque cuando era más pibe en Municipal éramos todos bajitos y jugábamos contra Atenas y los mejores clubes, que eran todos reclutados altos, y nosotros íbamos para adelante y luchábamos, ganábamos, salimos campeones del torneo local de Córdoba. Siempre hice oídos sordos porque a la hora del partido no los veo tan altos. Siempre me pasa lo mismo, estoy nervioso antes del partido porque veo que son grandotes, pero después ya está".


Ese mismo punto de la altura es algo con el que los rivales lo atosigan desde el trash talk en la NBA, pero él dice que es un juego en el que "el que se enoja pierde y yo me siento como en las películas, lo disfruto", aunque no entiende como hacen algunos rivales para provocar al resto al mismo tiempo que manejan el balón, algo que nota como natural de los jugadores de Estados Unidos.


En Estados Unidos es donde sueña con triunfar Campazzo ahora. "Me encantaría ganar un título en la NBA pero es sumamente difícil, es un sueño, una fantasía, pero elijo creer poder conseguirlo. Me siento en una franquicia con un equipo que puede pelear cosas importantes" dice al respecto de sus Denver Nuggets, que la temporada pasada ganaron un 65,3% de sus partidos de Fase Regular a pesar de verse afectados por varias lesiones y que en Playoffs llegaron a la segunda ronda con el argentino promediando 9,3 puntos, 4,1 asistencias, 1,4 robos y 3 rebotes por partido en un equipo que tuvo, por ejemplo, la grave baja de Jamal Murray.



Además de lo deportivo, Campazzo prioriza otro sueño: "estar siempre con la gente que me da buena energía y seguir haciendo lo que más me gusta hacer y que mi familia esté bien con eso". A Consuelo, su esposa, la señala como una gran responsable del click que dio en su época jugando en Murcia para llegar donde llegó hoy, una NBA "increíble" en la que los nervios lo superaron a la hora de debutar con el agregado de que le tocó hacerlo en estadios donde no había público, "una sensación rara pero increíble".


Jugar sin público es particular para alguien que genera tanto espectáculo como Campazzo, que cuenta que se retroalimenta de la energía que le dan las reacciones de los espectadores y para eso usa sus jugadas de lujo, esas que luego se hacen virales en las redes sociales.



¡El hermoso caño de Campazzo a McCollum! - This video will start in

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"El lujo a veces fluye, pero muchas veces lo quiero hacer para ganar confianza y mi juego nunca fue así, y quizás va a la tribuna el pase. Pero siempre intento que mi confianza en ataque venga de mi defensa, de la intensidad, tirarme de cabeza, robar una pelota, y después el juego te va dando tus tiros, tus puntos, no forzar yo las cosas. Pero bueno, una vez que ya empiezo jugando bien me permito hacer un lujito, me gusta escuchar cuando la gente reacciona. Cuando sale bien lo disfruto mucho, cuando sale mal me merezco ir al banco y recapacitar. Pero me gusta más que nada la entrega, que el jugador esté para lo que el equipo necesite" explica Facu, el mismo que cuenta que todavía no conoce a Lionel Messi porque le dio mucha timidez cuando tuvo la chance en Madrid y que en el vestuario de Denver no se anima a manejar la música más allá de haber escuchado a L-Gante y Bizarrap una vez con los europeos Nikola Jokic y Vlatko Cancar.


Campazzo se reconoce como el "más jodón" del plantel de la Selección, pero no tanto en la NBA, donde expresó que una de las cosas que más lo impactó fue la última semana previa al trade deadline, el momento en el que cierra el mercado de traspasos. "sabía como era pero es increíble, lo loco que es. Nosotros jugamos con Orlando, pararon al colectivo después y se ve que traspasaron unos jugadores nuestros y les dijeron que no subían al avión, que no jugaban más en el equipo. Esa época la disfrute pero también estaba nervioso, me dijeron que a mi no me iba a pasar nada pero no se sabe, nunca está garantizado, pero lo disfrutas y no lo podés creer", relató el ex jugador del Real Madrid, que también aprovechó para agradecerle a sus fanáticos por su apoyo: "Intento responder y estar cercano a la gente que siempre apoya, es increíble la verdad", dijo respecto a la "revolución" que genera en las redes sociales.